Lucía Gregorio, ingeniera y Directora General de INEO
Coñecín a Lucía nunha xornada institucional sobre “I+D e financiamento de proxectos” da que, para a miña sorpresa, saín con boas anotacións e aínda mellores ideas. Recordo que pensei: “ao fin alguén que tamén sabe traducir a confusa linguaxe institucional a posibilidades reais”.
Evidentemente, non fun a única en pensalo porque en 2009 pasou a ser a directora xeral de INEO, Asociación Multisectorial de Novas Tecnoloxías da Información e Comunicación.
Lucía é intelixente, dinámica e *resolutiva, pero se algo admiro nela é a capacidade para lidar coa infinidade de intereses *fragmentados que conforman as contornas asociativas. E faio con ese sorriso, directa e *respondona, coa que parece dicir: “si, vale, pero non te enroles, mira…”. Talvez débase a que, como enxeñeira industrial, sabe que no funcionamento de sistemas integrados as persoas son unha parte fundamental.
Lucía foi unha das nosas invitadas daquel pase especial e veu desde Vigo unha tarde de venres sen referencias do que ía ver. E agora, ano e medio despois, cando lle pedín se nos daba as súas impresións por escrito non o dubidou. Cando a lin só se me veu unha palabra á cabeza: valente!
“¿… Por qué yo creo que no debo?”
Antes de entrar en el estreno, la productora me dijo: “Te va a gustar. Va sobre la superación de un reto”. Lo que no sabía es lo equivocada que estaba… o quizá no.
La película para mí tuvo dos momentos; el primero, cuando uno de los protagonistas, al que apenas se le entiende al inicio, se equivoca… y te hace gracia… y te descubres a ti mismo pensando “no debo reírme, pobre!”. En ese momento, el comentario más sarcástico viene de uno de sus compañeros, y te descoloca “Ellos se ríen de la situación. No se ríen de él… ¿por qué yo creo que no debo?”.
El segundo al finalizar, cuando ves las dificultades y para ti (soto vocce y avergonzada por pensarlo) das gracias por no haber nacido así… y te cuentan que una de las protagonistas sufre una deficiencia a raíz de un accidente cuando ya era adulta. Y tu mundo se desmorona. Porque puedes ser tú… mañana.
Me tengo tenía por una persona tolerante, poco condescendiente, que veía con naturalidad la discapacidad… y esta película me ha devuelto un espejo, donde me veo con los mismos clichés de muchos.
Efectivamente es la superación de un reto, pero no el de los protagonistas, ellos ese reto lo superaron ya hace mucho tiempo; sino el mío, el de cada uno de los que vemos la película.
De vez en cuando necesitamos que algo nos ponga en nuestro sitio. Ellos me han puesto en el mío.